Belén y Emilio se esconden en una pensión porque los vecinos piensan que están de luna de miel. Higinio termina al fin la obra en casa de los Cuesta, pero Mamen ha comprado muebles nuevos y, ante la falta de espacio, obliga a su marido a tirar el tabique que separa ambas casas. Por último, Mariano también se pone a reformar la portería, pero se va a encontrar con una desagradable sorpresa.