La manera con la que Sherlock interpreta la ley es cuestionada por la Comisión de Investigación cuando un hombre, al que le fue robado su teléfono durante una investigación, dispara a Bell tras perder su trabajo. Durante el interrogatorio, Holmes es capaz de resolver el crimen exculpando a un hombre con problemas mentales. Posteriormente, Bell defiende al investigador británico durante el proceso aunque es incapaz de perdonarle.