Decidida a detener al asesino de Celeste, la joven modelo asesinada, Louise acepta la ayuda del doctor Paul, médico forense excéntrico, y de Roman Ketoff, seductor periodista francotirador, arriesgando el riesgo de poner en peligro el secreto de su doble identidad. Louise se adentra en el mundo de la noche, llegando incluso a posar desnuda para un pintor que sospecha que es el asesino. También se hace amiga de Kiki de Montparnasse, famosa musa del París artístico, que la invita a una velada en casa de Jenny Meyer, rica norteamericana excéntrica. Allí, mientras asiste a una proyección de cortos pornográficos, reconoce en la pantalla a su hermano Antoine en compañía de Celeste.