Los tambores puntuan la noche de Naraka Pintu, la minúscula isla del Pacífico,y unos salvajes grotescamente pintados aullan frenéticamente. El chamán se contorsiona y grita mientras reta a N´Gana Simbu, el Guardián de las puertas del infierno a que haga su aparición. Un cazador extranjero, Tasaki, se mofa del espectáculo, pero aguarda tenso en las sombras, entre las brillantes hogueras de la tribu. Un agudísimo sonido taladra la noche y la Serpiente Demonio surge de las llamas de la hoguera entre el fogonazo de una explosión. Con una furia letal e incontrolable, la extraordinaria serpiente arremete contra los nativos provocando la destrucción y la muerte.