Es la historia de un doble viaje. Un viaje físico en el que el químico Albert Hoffman, bajo los efectos de una sustancia desconocida que estaba probando (ácido lisérgico, conocido como LSD), cogió su bicicleta para regresar a casa en la primavera de 1943. Pero también es el viaje simbólico, dentro de la mente del científico, que representa los sentimientos que pudo haber sentido en dicho viaje.