Las hazañas de Manfred Von Richthofen, el célebre Barón Rojo, simbolizaron el espíritu de la primera guerra mundial. Durante aquel cruento conflicto, una serie de nuevas y revolucionarias armas bélicas cambiaron las estrategias de combate. Llegaron los tanques, los gases tóxicos, los lanzallamas; pero, por encima de todos, llegó el avión. A bordo de un caza triplano Fokker DR.I., que Richthofen pintó de rojo como señal distintiva, el piloto alemán abatió casi un centenar de aeroplanos enemigos antes de correr él la misma suerte. El 20 de abril de 1918 realizó su último vuelo. Descendientes directos del mítico aviador alemán y de sus victimas, ayudan a conocer un poco mejor la figura del Baron Rojo.