La increíble máscara de muerte del rey Tut, 12 kilos de oro puro, siempre ha sido tema de debate entre muchos eruditos que creen que su placa dañada, conocida como cartucho, y diferentes colores de oro significaron que nunca se hizo específicamente para él. Lo más probable es que se hizo para su antepasado femenino, Nefertiti. Y, hasta ahora, la evidencia parece respaldar esa teoría. El nuevo análisis de algunos de sus muchos bienes funerarios, incluyendo 'Shabtis', efigies en miniatura que debían servir como sirvientes en el más allá, sugiere que hasta una cuarta parte de todos los tesoros en la tumba fueron hechos para otra persona.