Abril del año 1995. Inés está en plenos ensayos de la obra "La Casa de Bernarda Alba" que estrenará próximamente, como directora, en el Centro Dramático Nacional. Es consciente de que para ella es una oportunidad muy buena por eso siente mucha presión. Si en lo profesional le va muy bien, en lo familiar no atraviesa su mejor momento después de que sus padres decidieran repartir la herencia en vida. Tiene una crisis personal, siente que sus padres siempre han sido muy injustos con ella y que sus hermanos lo han tenido más fácil. Mercedes ha intentado un acercamiento a su hija pero ella se ha cerrado completamente en banda. Antonio cree que Inés es una desagradecida y no entiende a qué se debe su enfado. Tony y María se reúnen con ella para intentar convencerla de que acepte la herencia pero Inés tiene claro que este conflicto no tiene nada que ver con el dinero sino con otras cosas más profundas que sus hermanos son incapaces de ver.