Van Pelt es designada para proteger a un hombre que está a punto de testificar en un juicio. La agente se desplaza hasta la casa del testigo, que se encuentra allí con su hija. Durante una ronda en el jardín, alguien irrumpe en la vivienda y le dispara, dejando a su pequeña en shock y amnésica. La actuación de Van Pelt al frente de la seguridad de la víctima es puesta en duda por el inspector LaRoche, que tratará de chantajearla.