El jefe Miles O'Brien está considerablemente preocupado acerca de su edad y estado de forma física tras haber perdido claramente en un partido de frontón jugado contra el doctor Julian Bashir, y así se lo hace saber a su esposa Keiko. Bashir, por su parte, comenta la mala reacción que ha observado en el ingeniero tras perder, y duda de la conveniencia de aceptar jugar el partido de revancha.