Hay personas que parecen haber sido maldecidas con la ley de Murphy: si algo tiene la posibilidad de salir mal, saldrá mal. Larry David se considera una de ellas. El creador y productor de Seinfield, una de los programas más laureados de la historia de la televisión, se interpreta a sí mismo en esta rompedora serie donde, en un ambiguo punto entre la realidad y la ficción, seguimos su día a día que se desarrolla entre celebridades y gente de la calle que nunca sabemos si están o no interpretando un guión. Somos así testigos de su peculiar y ácida visión de todo lo que le rodea y de su don para convertir situaciones cotidianas como ir al cine o atender una llamada telefónica en verdaderos despropósitos.