Francis y Nadja llegan a Viena para encontrarse con su madre; sin embargo, Rosemary (con la ayuda de Duke) está preparada para prevenir un escándalo y está preparada para los intentos de Nadja de demostrar su identidad: el broche, el diario, el vestido de gala, la canción de cuna y las circunstancias que rodean la destrucción del orfanato. El duque es implacable; Herman recuerda cómo se ve Keith y sugiere el arresto de Francis. Con Nadja y Francis encarcelados injustamente, Herman encuentra a Rosemary sin simpatizar con su codicia después de que Duke la declara su heredera.