En pocas palabras, el pecado de la pereza es el pecado de los perezosos. Algunos científicos sugieren que el pecado de la pereza puede ser en realidad un diagnóstico medieval de depresión clínica. Las curas históricas de la pereza van desde los antiguos médicos griegos que luchaban contra ella con hierbas, hasta los monjes medievales que prescribía la oración y el ayuno.