Ernesto, un perro alcohólico y vestido de chándal, encargado del gimnasio más jodido de todo el barrio. El pobre animal está hundido en deudas y amenazas de cierre, lo pasa fatal. Sus clientas solo son señoras mayores que, a falta de un bingo, van a hacer Pilates. Con la ayuda de su profesora de aeróbic y su clienta más veterana, Ernesto tendrá que apañárselas para que no le cierren definitivamente el local.