Una guapa antropóloga de la polinesia recibe el encargo de escoltar hasta la capital de España a la valiosa estatuilla de un ídolo de la virilidad autóctono, curiosamente idéntico a otro que transporta contrabando. Ya en Madrid la antropóloga se enamora del sobrino de un caradura que regenta una pensión de lujo alquilable a parejas por horas, de modo que al final traficantes, policias, parejitas de una noche, amores y desamores confluyen en la extraña pensión.