Daniel está apenado por la muerte de Raúl, el hijo del capataz de la fábrica donde trabaja. Un alquimista intenta consolarlo y, con ayuda de una lupa, le muestra a las tres Parcas, quienes a través de una moviola deciden quién morirá. El alquimista le da a Daniel unos polvos que le permitirán llegar hasta la moviola y apoderarse de ella.