Antoni Verdaguer adapta a la gran pantalla una versión teatral de la comedia sobre el Reino de Aragón en los tiempos de Jaime I El Conquistador, convirtiéndola en una farsa que se ríe de los complejos y tópicos de la sociedad española en el siglo XX. La trama lleva a una compañía de cómicos de Valencia a realizar una actuación en un geriátrico donde los pacientes se ven retraídos por las directoras del centro, unas estrictas monjas.